??? El ayuno intermitente quema más grasa si se hace durante la noche
Los ritmos circadianos del reloj biológico del cuerpo pueden informar cuándo debe comenzar el ayuno intermitente, según una nueva investigación.
En los últimos años, las tendencias de la dieta conocida como el ayuno intermitente, han popularizado la práctica de la alimentación retardada o restringida, ya que cada dia más y más personas buscan controlar la ingesta calórica. Aún así, muchos que están abiertos a reestructurar sus horarios tienen la misma pregunta: ¿Cuándo es el momento adecuado para evitar comer?
“Hay muchos estudios en animales y humanos que sugieren que no se trata solo de cuánto comer, sino de cuándo comer”, dice el autor principal Carl Johnson, profesor de ciencias biológicas en la Universidad de Vanderbilt.
“Nuestra investigación buscó probar los hallazgos de los estudios de ayuno existentes pidiendo a humanos reales que participaran en una prueba de varios días para dos rutinas de comidas diferentes. Lo que encontramos es que los ritmos circadianos del cuerpo regulan la quema de grasa durante la noche “.
Para el estudio, Johnson y el estudiante de posgrado Kevin Kelly probaron la restricción de la hora de comer al monitorear el metabolismo de adultos mayores y de mediana edad en una cámara respiratoria de toda la habitación, bajo condiciones controladas, durante dos sesiones separadas de 56 horas, ambas con la misma noche período de ayuno.
En la primera serie de pruebas, los investigadores presentaron una de las tres comidas diarias como desayuno, mientras que en la segunda sesión, el equipo presentó alimentos iguales en nutrición a los mismos sujetos como un refrigerio por la noche.
Descubrieron que, si bien las dos sesiones no diferían en la cantidad de comida ingerida o la cantidad de actividad física de los participantes, el tiempo diario de disponibilidad de nutrientes junto con el aumento del metabolismo del cuerpo durante el sueño (gracias a los ritmos circadianos del cuerpo) cambió. Un cambio en la quema de grasa: en cada caso, los bocadillos al final de la noche retrasaron la capacidad del cuerpo de apuntar a las reservas de grasa para obtener energía y, en cambio, hicieron que el cuerpo se enfocara en los carbohidratos de fácil acceso recién introducidos en el cuerpo.
“La sesión de bocadillos al final de la noche resultó en menos lípidos oxidados que en la sesión de desayuno”, dice Kelly. “Esto confirma que el horario de las comidas durante el ciclo diurno y nocturno afecta la forma en que se utilizan los alimentos ingeridos en lugar de almacenarlos, y que cualquier alimento ingerido antes de acostarse retrasará la quema de grasa durante el sueño”.
El estudio tiene implicaciones importantes para los hábitos alimentarios, ya que proporciona evidencia contraria a una tendencia reciente de saltarse el desayuno y sugiere, en cambio, un ayuno diario desde la cena hasta el desayuno para ayudar a optimizar el control del peso.
El estudio aparece en PLOS Biology.